Medio kilo de garbanzos cocidos envasados, bien lavados y escurridos
1 cebolla o cebolleta mediana
1 diente de ajo grande Un ramito de perejil (o cilantro) y otro de hierbabuena
1 cucharadita rasa de comino molido
1 pizca de cayena molida y otra de nuez moscada
Sal y pimienta
Pan rallado
1 cucharadita de levadura en polvo (o bicarbonato)
Aceite para freír
Paso a paso
Ponemos en la picadora la cebolla con el ajo y las hierbas. Añadimos las especias y los garbanzos y lo vamos triturando todo con el tenedor. Por último añadimos también la levadura y mezclamos.
Si quieres puedes poner los garbanzos directamente en la batidora pero es mejor que no queden triturados del todo para que tengan textura. Tiene que quedar una masa espesa y moldeable, casi como una plastilina, y para conseguir ese punto podemos añadir un poco de pan rallado.
Dejamos reposar la masa una media hora.
Una vez pasado ese tiempo, formamos con las manos unas albóndigas y las aplastamos un poco con las manos. Las rebozamos ligeramente en semillas de sésamo y las freímos directamente en aceite caliente hasta que estén doradas.
Se sirven al momento con una salsa de yogur sencilla. También se puede servir con hummus y en bocadillos de pan de pita, acompañado de ensalada de lechuga.